Description
Es una novela enmarcada en un futuro posible en donde la tecnología cotidiana (mapas, redes sociales, filtros de imagen para videos, monitores de salud y entrenamiento, ubicación, calendario, etc) se incorpora al organismo humano al nacer por medio de un dispositivo llamado GUGL. Su nombre se debe a la corporación gubernamental que se encarga de la felicidad de su población. Esto lo logra por medio de la gestión de la percepción (filtros) que orienta a las personas a desarrollar una función en particular, la que sea necesaria en ese momento para el conjunto social.
Laila, la protagonista, es programadora, es decir, se dedica a generar programas de orientación de las personas mediante las propagandas adecuadas, algo similar a lo que ya sucede con la publicidad dirigida, pero en una escala diferente. Ella realiza sus estudios de forma acelerada gracias a que la información también puede ser procesada e introducida en la mente gracias a GUGL y al principio su vida es la de una chica normal hasta que conoce a Izan y se enamora de él.
Izan, que secretamente pertenece a un grupo de personas que busca la liberación del dispositivo y viven fuera de la zona de alcance, va a llevar a Laila a conocer el mundo de otra forma y hasta a ella misma de una forma que nunca había imaginado. Se conocerá sin regulación del temperamento ni filtros para su imagen y será parte de la mayor aventura de su vida.
Mexa Escritores Independientes
Reseña de Mexa Escritores Independientes
(…) En primer lugar, desde el inicio la autora menciona algunas obras de este género que, de alguna manera, la inspiraron para escribir esta. Sin embargo, si bien es cierto que se perciben rasgos que remiten a otras historias muy reconocidas —desde esa recreación de un mundo distópico donde todas las personas son felices solo en apariencia puesto que sus vidas están, aunque ellas no lo sepan, controladas— GUGL tiene sus propios atributos que bien valen la pena rescatarse.
Pero vamos a comentarla con calma… En sí, la historia que aquí tenemos está contada desde un narrador en tercera persona y es gracias a este que conoceremos a Laila (nuestra joven protagonista), una chica de un mundo futuro que se encuentra a punto de “estudiar” para ser Programadora. Poco a poco —y debido a las descripciones, diálogos y sucesos que aparecen— vamos percibiendo que en este mundo hay una relación prácticamente indivisible entre la vida cotidiana y la tecnología ya que todo lo que se vive se comparte en LA RED o es —mejor— visto a través del filtro tecnológico.
Así, por ejemplo, la chica entra a casa y se golpea en la puerta al tiempo que su madre (que grabó en video su accidente) lo acaba de postear en LA RED, a lo que ella reacciona al instante; o bien Laila publica dudas sobre su aprendizaje y justo en ese momento su mentora, con quien está hablando, le comenta su post diciendo que se tranquilice. Este tipo de acciones —y otras como, por ejemplo, el ver a las personas con mejoras proyectivas y no como realmente son o el ir viendo, mentalmente, marcas de orientación en todo momento en la calle— plantean una total sincronía entre la vida real y la tecnología con la sensación de que todo sucede con inmediatez y no se sabe qué es real y qué no; aunque el narrador evita tomar partido y hacer conjeturas al respecto. De hecho, en casi todo momento el narrador se mantiene al margen de lo que acontece, sin hacer que la novela suene moralizante o didáctica y más bien deja esas ideas, de vez en cuando, en la voz de alguno de los personajes.
Por otro lado Laila, quien “estudia” para ser Programadora, lo hace mediante un novedoso método en el que la información es insertada en la mente de las personas y procesada gracias a los sueños —debido a que el aprendizaje a través de libros se considera demasiado obsoleto—; y es en los fragmentos de los sueños de la protagonista en donde recibimos pistas de cómo era la sociedad antes de ser invadida totalmente por la tecnología y los hechos que obligaron a gestar GUGL que, básicamente, consiste en un dispositivo que las personas tienen implantado y que, conectado a su sistema nervioso central, les ayuda a autorregular sus emociones y a aumentar su percepción de la realidad con la información que necesitan en cada momento.
Esta es, a grandes rasgos, la premisa que nos plantea la novela: un mundo donde las personas son felices —porque sus hormonas y neurotransmisores se regulan de tal manera que no les dejan expresar ninguna otra emoción o sentimiento— y son orientadas —sin que se den cuenta, gracias a la publicidad y redes sociales—, para actuar de determinada manera creyendo que están tomando decisiones propias.
Y si nos ponemos a pensar, aunque no estemos insertos en un mundo como el que plantea la autora (aunque sí ya estemos muy saturados por la tecnología), ¿qué, de todo lo que decimos, hacemos o pensamos, podríamos afirmar que es 100% propio y que no estuvo influenciado por algo o alguien más?… Pregunta interesante, sin duda.
Pero bueno, dejando a un lado lo filosófico del planteamiento inicial, hay un giro en la historia cuando Laila conoce a Izan, un nuevo —y misterioso— compañero de trabajo y quien, tras unos meses, desaparece. Luego, de pronto, ella misma es raptada y llevada a una zona externa donde GUGL no funciona bien y allí se reencuentra con Izan.
Tras varios días de muchas emociones encontradas —y que ya no pueden ser autorreguladas—-, Laila se entera de su propósito: deberá formar parte de un plan para tratar de acabar con la distopía y devolverles a las personas la libertad que —hasta ahora— desconocen desconectando el funcionamiento de GUGL de manera masiva pero, ¿en quién confiar y en quiénes no? ¿Cómo le cae a Laila el darse cuenta que toda su vida ha sido una mentira? ¿Qué tan fácil es derrocar un orden establecido? ¿Un mundo sin tecnología implicaría una involución? ¿Qué consecuencias habría? Estas y otras interrogantes son las que ustedes, como lectores podrán resolver solo si deciden leer la novela… porque no, ya no se puede contar más sin hacer spoilers en la historia (bueno, sí se puede contar más pero es mejor que ustedes mismos lo descubran).
Lo que sí es que quisiera señalar algunos puntos —fuertes— de la obra, para quien le interese. En primer lugar, se agradece encontrar una historia de ciencia ficción cuyos —potenciales— lectores meta son jóvenes y que la autora haya decidido, repito, no sonar del todo moralizante o didáctica para ellos (por ejemplo, evitando críticas al mal uso de la tecnología); además de que la historia de amor entre los protagonista, pese a que se desarrolla de forma acelerada, resulta un buen aderezo.
Por otra parte, la novela cuenta con menos de cien páginas por lo que su lectura resulta amena y en cuanto a los pocos conceptos técnicos que aparecen, como el mismo narrador se encarga de explicarlos, se pueden comprender bien. Aunado a ello, la autora equilibra entre narrar y mostrar acciones, generando un buen balance.
Finalmente, hago una mención especial pues se nota que hubo un muy buen trabajo de revisión y corrección del texto ya que los errores que hay son mínimos, muchísimo menos de los que he visto en libros de grandes editoriales (coff, coff, Ediciones B); por lo que se percibe el esfuerzo y trabajo tanto durante la elaboración de la novela como en las revisiones posteriores.
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Victor Gonzales
Reseña de Víctor González en Libres de lectura
Una de las quejas mayoritarias que se suelen escuchar entre los lectores de ciencia ficción es que ciertas novelas pecan de excesiva extensión, produciendo que la historia tratada, si de un principio parecía potente, se vaya diluyendo con el pasar de las páginas. Con la novela que tratamos no sucederá esto, sino puede que a algunos lectores les ocurra todo lo contrario: que se quede corta, que se tengan ganas de más. GUGL es la elección ideal para aquellos que busquen una historia de ciencia ficción bien tratada, con fondo y que atrape.
En GUGL, que contiene un breve a la vez que interesante prólogo del profesor Osvaldo Beker, Alejandra Juárez D’Aquino nos sitúa en un futuro distópico donde todos nacen conectados a LA RED mediante el sistema que da título a la novela: GUGL. De esta manera, son controlados para no sufrir, no padecer sentimientos encontrados, considerarse siempre realizados y, en definitiva, sentirse libres. ¿Siéndolo?
De la mano de Laila, la protagonista de esta historia, conoceremos un mundo donde no hay guerras ni pobreza, donde todo el mundo vive en armonía sintiéndose a gusto con lo que hace. Todo gracias a GUGL. Pero en cierto momento, Laila será atraída por un grupo de rebeldes ante el sistema. Será a partir de ese instante cuando Laila se dé cuenta de que no es más que una insignificante pieza de un inmenso ajedrez controlado por una élite inaccesible. Conocerá de cerca al grupo de rebeldes y empezará a sentir por primera vez lo que es ser realmente libre. Si eso es posible.
Todo ello llevará a Laila a un vaivén continuo e incontrolable de sentimientos. Sin su habitual conexión, ella verá cómo no hay sustancias químicas que calmen su pesar, su estrés y su nerviosismo, verá cómo el amor es capaz de aflorar sin ser aplacado por GUGL, verá cómo es capaz de controlar por fin sus movimientos. O no.
De la mano de Laila y unos pocos más personajes, Alejandra Juárez D’Aquino consigue con GUGL crear una historia que obliga al lector a leerla de una sentada. Sumergidos en el relato, los lectores de GUGL se verán reflejados en otro mundo que en apariencia no se asemeja en nada al suyo pero que, al ser rascado un poco por la conciencia del lector, no difiere tanto del que vivimos. Máscaras que ocultan lo que de verdad somos y parecemos, redes que muestran únicamente lo bonito de nosotros, cuerpos perfectos que no son más que mentiras, vidas sedadas para evitar alzamientos. Pero, si hay una falla en el sistema, si un grupo de rebeldes consigue salir de LA RED y unirse, si la revolución está programada para que llegue Laila y la accione… ¿será posible acometerla?
Para responder a esta pregunta solo hay una solución, y la mejor: leer esta novela. Porque en GUGL, los lectores se encontrarán con pinceladas de Orwell, Huxley, Bradbury o incluso Asimov; se encontrarán con un relato de ciencia ficción con mucho peso y poso, con profundidad filosófica, con preguntas imposibles de responder, con ácidas críticas a nuestra colectividad y a nosotros mismos.
Si eres capaz de ser crítico contigo mismo y además disfrutas de las buenas historias de ciencia ficción, no dejes pasar este libro. Acompaña a Laila en esta novela porque ella te acompañará durante mucho tiempo más. Y sobre todo, como le dice el personaje de Izan a Laila en un momento del libro: «No confundas la felicidad con anestesia».
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jairo alonso gallego villanueva
Review en Goodreads de jairo alonso gallego villanueva
Ha sido una experiencia increíble leer este libro, no soy muy fan de las distopías, sin embargo, este libro logro cautivar mi atención, la verdad la forma en que la autora relata los detalles con los que funciona GUGL es fascinante, considerar por un momento que la tecnología pueda llegar a ese nivel de desarrollo y lograr ese control sobre los humanos es fascinante y a la vez nos demuestra una vez más que la humanidad no está preparada para la gran responsabilidad que conlleva los avances tecnológicos y científicos.
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Magali Nogueira
Review en Goodreads de Magali Nogueira
Una novela de ciencia ficción contemporánea en un mundo distópico que me atrapó desde el primer momento. De lectura rápida con un mensaje profundo, me expuso a la más inmediata reflexión: como naturalizamos la existencia de un mundo alterno donde visibilizamos barnizados los aspectos más ocultos de nosotros mismos. Hasta donde, bajo qué condiciones y cual es el costo beneficio de volver difusos, todos los límites de nuestra privacidad.
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Hector Tobon
Review en Goodreads de Hector Tobon
Una distopía muy divertida en donde se resalta el mal uso que una sociedad podría darle a la tecnología y las redes sociales. Un tema muy de actualidad, que nos permite reflexionar sobre los indicios exagerados en que la humanidad podría llegar si no ponemos atención a los principios básicos de la interacción humana.
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